Las Emociones que Despierta la Navidad

La temporada navideña genera un entorno emocional que afecta de manera positiva en  las emociones y la productividad personal, pero para otros no es así.

navidad

 

Si bien es cierto que es una época de felicidad e ilusión, también es cierto que esta temporada mucha gente baja su estado de ánimo e incluso los casos de suicidio aumentan un 40 por ciento.

Estos índices están basados quizás en la pérdida de un ser querido, si se ha vivido una experiencia traumática, la imposibilidad de reencontrarse con personas que viven lejos o la falta de recursos que impiden comprar regalos en estas festividades.

Otra de las situaciones que debemos tomar en cuenta en estas festividad para mantener un equilibrio emocional, es el momento de los regalos, aparentemente para muchos  se torna alegría, felicidad; pero; ¿Qué sucede cuando nos excedemos en regalar a nuestros pequeños?, ¿Cuánto afecta esto en la formación de su personalidad?

Muchos padres tienden a atender todos los caprichos de los niños y a regalarles todo lo que piden. Los especialistas consideran que esto tiene consecuencias en el desarrollo emocional del niño.

Es necesario que los padres pongan límites al número de regalos que hacen a sus hijos, teniendo en cuenta lo que es necesario, coherente y prioritario.

El principal efecto del exceso de regalos en los niños es el anestesiante que hace que los pequeños resten importancia a valores como el esfuerzo, la generosidad y la austeridad.

La abundancia de regalos no es algo favorable para los menores pues perjudica a su maduración personal. Al darles a los niños todo lo que piden se vuelven inmaduros e insaciables y a la larga se convierten en adultos insatisfechos.

 Los regalos pasan a ser en una competición en la que van a ir valorando el número de regalos que se les da cada año, sin tener en cuenta las propiedades o cualidades de cada uno de ellos. También el exceso de regalo convierte a los niños en caprichosos y avariciosos, a pesar de que tengan muchos más juguetes que otros de sus amigos, ese ánimo de competición y de exigencia hace que les cueste compartir con los demás sus regalos.

Es responsabilidad de los padres enseñar a los niños a aceptar y a valorar lo que tienen. No es del todo aconsejable premiar el buen comportamiento de los niños con los regalos de Navidad, pues unos juguetes básicos no dependen de nada y el concepto de Navidad lleva intrínseco el de regalo. Pero en otras ocasiones sí se puede premiar el esfuerzo de los niños con un regalo, para que aprendan a luchar por lo que quieren y a dar importancia al trabajo y a la constancia.

 

Las Emociones que Despierta la Navidad

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