Como debes reaccionar si sorprendes a tu hijo tocándose sus genitales?; «Exactamente igual que si descubrieras tocándose la nariz o eructando en la mesa. Es decir, tratar el asunto como cualquier otra norma social que debemos seguir cuando estamos ante otras personas-
Aunque el Sexo sigue siendo un tema tabú en muchos lugares, es en nuestro hogar donde el tema sigue siendo intocable sobre todo entre padres, hijos y pareja-
Debemos enseñar la sexualidad al niño de la misma manera como le enseñamos las demás cosas y temas, de no ser así el niño aprenderá de todo, pero mal aprendido.
Pautas para educar a nuestros hijos:
- La educación sexual empieza en la cuna. El apego es decisivo de manera muy especial durante el primer año de vida para determinar cómo serán las relaciones de pareja y el estilo de amor en el futuro. Los abrazos, el contacto con la piel, la música, las palabras y el intercambio de sonrisas y gestos constituyen los cimientos de una vida sexual saludable.
- A medida que crece, el niño es una esponja y absorbe nuestros comportamientos. Si hay cariño, madurez, cordialidad y serenidad en la resolución de conflictos, construirá su molde con ellos. Si observa episodios agresivos, ansiosos o demasiado recatados, carecerá de ese referente positivo.
- Deja que crezca en un clima de confianza y diálogo en todos los ámbitos. Escucha, escucha y escucha.
- Nunca está de más advertir, aconsejar, pero nunca prohibir. Un adolescente no te compra un mensaje negativo. La edad les hace adictos a la adrenalina y la mera mención de peligro incita a la imprudencia.
- Seguramente no somos los padres más hábiles. Tal vez caeremos en la cuenta de nuestro gran desconocimiento. Si al adolescente solo le llega el mensaje del sexo sin más opción que el coito, lo único que captará será la idea de la sexualidad asociada al riesgo.
- Respeta su derecho a la intimidad. Mientras observemos en ellos una actitud respetuosa, tolerante y sana, no hay razón para recelos.
INFORMACIÓN DE ACUERDO CON SU EDAD
El niño en sus primeros años, despierta la curiosidad por su cuerpo y por las sensaciones que empieza a percibir. Por mucho que les pese a los padres, la Psicología no ha ideado un protocolo que diga cuándo ni cómo hay que hablar a los hijos de sexo. «La sexualidad es como un rompecabezas que se irá construyendo en familia con actitudes, muestras de apego y conocimiento. Son las piezas que encajan perfectas para formarnos como seres sexuados».
Una buena educación sexual empieza por unos padres que muestran cariño, exteriorizan sus sentimientos de amor, se comprenden y mantienen una actitud permanentemente abierta al diálogo.
DURANTE LA INFANCIA:
Antes siquiera de ir a la escuela, deben aprender los nombres de los órganos sexuales y, sobre todo, que nadie puede tocarlos.
Cuando están en la escuela primaria:
Aprovechen estos años para hablarles más del tema. Preguntemos que saben de sexo y si quieren saber más. No los obliguen a hablar. Pasen tiempo con sus hijos y verán que el tema surge naturalmente.
Indícale a tu hijo los nombres de sus partes sexuales diciéndole “Ese es tu pene” o “Esa parte es tu vulva” (evita emplear sobrenombres como “pipí” o incluso “partes privadas”, ya que eso indica que el nombre real es algo “vergonzoso” o “malo”). Comienza tan pronto como sean niños. Es en este momento en el que aprenden acerca de todas las partes de su cuerpo o juegan (es decir, se masturban) al mostrártelas. Es algo completamente normal.
ESCUELA PRIMARIA,
Háblale acerca de los enamoramientos. Escucha cuando hable acerca de los abrazos y besos entre niño, y en ese momento aprovecha para averiguar si le gusta una persona. ¿Alguna vez ha besado a alguien? Alrededor de los diez años se produce la primera etapa del despertar sexual en los niños. Ellos se dan cuenta de que se siente bien tocarse. Esta es una etapa crucial para la salud e identidad sexual posterior. Nunca tengas vergüenza de que tu hijo tenga estas tendencias naturales, pues se trata de una parte normal de su desarrollo sexual sano. Si tu hijo comienza a hablar sobre las partes sexuales de las personas (o la falta de ellas) siéntete libre de corregirlo con delicadeza.
EN LA ADOLESCENCIA:
Asegúrense de que sus hijos comprenden las cuestiones físicas, emocionales y morales implicadas.
Una advertencia: Existe la posibilidad de que el hijo no saque el tema por miedo a lo que sus padres piensen de él.
Pregúntales si:
¿Le interesa los chicos, las chicas o ambos?, ¿algunos de sus amigos “tienen pareja”? Pregúntale a dónde va y que hará. Es muy importante que tus hijos sepan que los podrás escuchar sin escandalizarte. Es posible que tengas opiniones acerca de lo que sucede, pero es más importante escuchar lo que tenga que decir. Pregúntale a tu hijo si tiene alguna duda relacionada a los chicos o a las chicas. Cuéntale cómo funcionan las relaciones sexuales (la mayoría de ellos ya habrá oído esta información por parte de las amistades que tienen hermanos mayores, pero es importante que estén conscientes de tu disposición para hablar al respecto para que puedan acudir a ti más adelante si tienen alguna pregunta).
Habla con tu hijo acerca de los temas relacionados a la comunidad LGBT. Esto le permitirá tratar a los demás con respeto y si resulta no ser heterosexual, se sentirá seguro de acudir a ti para contártelo.
- Explícale que algunas personas se enamoran de otras del mismo género y que algunas lo hacen independientemente del género. Intenta revisar los libros en la biblioteca que incluya temas sobre parejas del mismo sexo.
- Explícale acerca de las personas a románticas y asexuales. Algunas personas nunca se interesan en el romance ni sienten atracción sexual. Explícale a tu hijo que esto es normal.
- Cuéntale acerca de las personas transgénero. Explícale la diferencia entre el sexo y el género, y que el sexo generalmente es (aunque no siempre) el mismo que el género de alguien. Enséñale a tu hijo que el “verdadero” género es la manera en que la persona transgénero se siente en el interior y deja en claro que estas personas merecen respeto del mismo modo que las cisgénero.
- Infórmale que siempre lo amarás y lo aceptarás sin importar su orientación o género. Nunca debe sentir que debe ocultar quién ni tener miedo por su seguridad.
Cuando esté en la Universidad:
Habla con tu hijo acerca de las sensaciones y pensamientos sexuales. Algunas sensaciones sexuales son normales y a menudo se sienten muy fuertes. Hazle saber a tu hijo que puede disfrutar de estas sensaciones sin fingir. Pregúntale cuándo cree que una persona estaría lista para tener sexo. ¿Cuáles son los parámetros? Luego comparte con él algunos de los pensamientos que tienes actualmente y de las sensaciones que recuerdas haber tenido en la preparatoria.
Enséñale un libro o un sitio web que haya creado profesionales o educadores calificados en la salud sexual.